Los trastornos alimenticios en mayores se dan con una frecuencia mayor de lo que pensamos. Diagnosticarlos y ponerles el tratamiento adecuado, es imprescindible para procurarles una buena calidad de vida. Por eso, si tienes a tu cuidado a un adulto mayor, debes prestar atención y saber cómo actuar ante ellos. Así evitarás problemas de desnutrición, obesidad, deshidratación u otras enfermedades derivadas.
Índice
Factores que pueden provocar trastornos alimenticios
Los trastornos alimenticios en personas mayores no suelen ser debidos a una causa única. Son varios los factores que pueden desencadenarlo y actuar en conjunto. Entre ellos podemos encontrar los siguientes:
1. Cambios fisiológicos relacionados con el propio envejecimiento del cuerpo:
A medida que envejecemos, se van produciendo en nuestro organismo cambios fisiológicos, que pueden afectar de manera al sistema digestivo.
- Deterioro sensorial: baja renovación de los sensores olfativos y de las papilas gustativas. Se pierde así parte de gusto y del olfato, sentidos son claves para iniciar el proceso digestivo.
- Alteración de los sistemas que envían señales de hambre, saciedad y sed.
- Perdida de piezas dentales o dolor/infección de encías: se dificulta la masticación. Los estudios han demostrado que las personas mayores con dentadura postiza comen menos.
2. Presencia de enfermedades:
Algunas enfermedades cursan con síntomas directamente relacionados con el sistema digestivo. Ejemplo de estas tenemos la disfagia (dificultad para tragar), la candidiasis bucofaríngea, alergias e intolerancias alimenticias, estreñimiento, etc.
Hay enfermedades que por sí mismas no afectan a la ingesta de alimentos, pero sí su medicación. Es, por ejemplo, el caso de la quimioterapia que puede provocar anorexia. Y lo mismo ocurre con otras enfermedades crónicas (renales, hormonales, cardiacas, etc.). La medicación continuada puede alterar la percepción del hambre, gusto u olfato.
En caso de enfermedades como el Alzheimer u otro deterioro cognitivo, el trastorno puede deberse a olvidar haber comido o bebido. También por confundir las sensaciones de apetito, saciedad o sed. Pueden desarrollar aversiones injustificadas a ciertos alimentos o bien ser incapaces de controlar impulsos.
3. Factores psicológicos:
Sucesos estresantes en la vida de las personas mayores pueden provocar cambios en su estado psicológico. Por ejemplo, la jubilación, la muerte de un ser querido o irse a vivir a otro lugar. Circunstancias como la pérdida de movilidad, de autonomía o de poder adquisitivo también pueden originar alteraciones en su estado de ánimo. Los estados depresivos, de aislamiento y de soledad pueden conducir a desórdenes alimenticios.
Principales trastornos alimenticios
A continuación, expondremos los diferentes tipos de trastornos alimenticios en personas mayores:
1. Hiporexia:
Es una pérdida del apetito paulatina. A veces también lleva asociado una pérdida de sed. Es el más frecuente, dándose en un 80 % de los casos. La tasa de incidencia es mayor en los mayores de 80 años con un estado de ánimo bajo. En este link, podrás encontrar un post anterior que dedicamos a este trastorno.
2. Anorexia nerviosa:
Es una restricción severa de la ingesta de alimentos. Quien lo padece rechaza su imagen física y tiene una visión distorsionada de su propio cuerpo. Puede llegar a provocar severos problemas de desnutrición. En personas de la tercera edad se puede convertir en una enfermedad crónica.
3. Bulimia nerviosa:
Es un comportamiento neurótico que consiste en comer compulsivamente y después someterse a una “purga” (vómitos provocados y/o laxantes). La persona que lo padece tiene una preocupación desmedida por su imagen corporal.
4. Trastorno por atracón:
Produce episodios de ingesta compulsiva de alimentos, debido a un estado de ansiedad. Esto provoca un aumento notable de peso llegando incluso a causar obesidad. Una de cada cuatro personas mayores de 80 años es obesa.
5. Trastorno por evitación:
Sucede cuando repetidamente la persona mayor se niega a comer. A diferencia de la anorexia nerviosa, quien lo padece no se preocupa por su aspecto corporal. Suele aparecer en personas de edad muy avanzada. Especialmente se da en aquellas con un importante deterioro cognitivo.
¿Cómo tratar los trastornos alimenticios?
Como su causa es multifactorial, su tratamiento será multidisciplinar. Deberá ser guiado por profesionales en medicina, nutrición, psicología y deporte, especializados en personas adultas mayores.
Si estás al cargo de personas mayores con desorden alimenticio, su monitorización es esencial. Por eso, las personas ancianas no deben comer solas. Siempre hay que seguir las especificaciones médicas para cada caso en particular. Pero, en general, además de procurarles la atención sanitaria que precisen, se pueden realizar los siguientes cuidados:
- Garantizar que beban suficiente líquido.
- Preparar platos con alimentos de sabores más intensos y/o adaptados a sus dificultades de masticación.
- Asegurarse de que llevan una dieta equilibrada.
- Procurar que coman con más frecuencia porciones más pequeñas.
- Vigilar sus estados anímicos.
- Facilitar que hagan ejercicio físico adaptado a sus circunstancias.
- Darles suplementos alimenticios bajo prescripción médica.
Los trastornos alimenticios en mayores pueden ser de varios tipos y obedecen a distintas causas. Establecerlas, será el primer paso para ofrecer el tratamiento debido. Los cuidadores de personas mayores son clave para detectar signos tempranos de trastornos de alimentaciones en los ancianos que tienen a su cargo. Ello evitará el riesgo de que no sean diagnosticados y tratados adecuadamente.

Miguel Mateos Beltrán
Licenciado en medicina y cirugía por la prestigiosa Universidad de Salamanca. Especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar y Comunitaria, diplomado en Orientación Familiar. Además, diplomado en Dietética y Nutrición humana.