La temperatura corporal no solo es un indicativo de calor o frío, sino también de salud a lo largo de toda nuestra vida, especialmente durante la vejez.
La temperatura corporal se puede ver afectada por diferentes patologías o cambios en nuestro cuerpo, lo que lo convierte en un indicador de gran valor y que debemos comprobar con cierta asiduidad si nuestra salud es más delicada o no nos encontramos bien.
Índice
¿Qué es la temperatura corporal?
La temperatura corporal es una medida del calor del cuerpo humano que tiende a mantenerse estable gracias a la capacidad del propio cuerpo para generar y expulsar calor.
Esta temperatura sin embargo puede variar en función de la persona, su edad, la actividad que esté realizando y el momento del día.
La temperatura corporal se mide mediante un termómetro que puede aplicarse en diferentes partes del cuerpo, siendo la más habitual la axila.
Alteraciones de la temperatura corporal
En ocasiones, el organismo puede ver incrementada o reducida su temperatura corporal debido a diferentes factores que contribuyen a ello.
Fiebre
La fiebre es un aumento de la temperatura corporal como respuesta de nuestro cuerpo a alguna enfermedad o infección. Se considera fiebre en las personas adultas cuando la temperatura corporal está por encima de los 37,5º, siendo medida desde las axilas.
Debemos tener en cuenta que la temperatura corporal suele variar a lo largo del día, siendo más alta por la tarde. Además, también puede verse alterada por la actividad física, las emociones fuertes o el ciclo menstrual de la mujer.
Hipertermia
Existe cierta confusión entre la fiebre y la hipertermia. Habitualmente hablamos de fiebre cuando la temperatura corporal no supero los 40 grados, mientras que la hipertermia suele ser una temperatura por encima de los 40º.
La hipertermia sin embargo puede producirse por la regulación corporal del propio cuerpo, o por elementos externos que influyan en nuestra temperatura corporal.
Los síntomas de la hipertermia son: boca seca, dolor de cabeza, mareos, piel seca y enrojecida, y escalofríos, entre otros.
Las personas mayores son el grupo con más riesgo de sufrir de hipertermia, lo que hace que su hidratación sea aún más importante que a otras edades.
Hipotermia
Hablamos de hipotermia cuando la temperatura corporal está por debajo de los 35º. Puede producirse por la exposición a un frío intenso, pero también por enfermedades como el hipotiroidismo o intoxicaciones por alcohol o drogas como la heroína y el éxtasis.
Para evitar la hipotermia debemos recurrir al calentamiento pasivo del cuerpo a través de ropa de abrigo o mantas. No es recomendable atraer a la persona a una fuente de calor externa, ya que puede provocar reacciones adversas.
La hipotermia provoca dificultad en los movimientos debido al temblor, pero en casos extremos puede llegar a provocar dificultades al hablar, lentitud de pensamiento e incluso amnesia.
La temperatura corporal en las personas mayores
En el caso de las personas mayores, es muy importante controlar bien su temperatura cuando están expuestos a temperaturas extremas.
En caso de que haga mucho calor, es muy importante que allí donde estén haya una buena ventilación, pero también que estén adecuadamente hidratados. Si se está fuera ya sea sentados o dando un paseo, es importante evitar una exposición demasiado continua al sol, ya que les podría afectar provocándoles incluso una insolación.
En caso de que el clima sea excesivamente frío debemos recurrir a una ropa de abrigo adecuada para la temperatura exterior, además de proteger bien la casa para que se mantenga caliente y evitar el frío.
Debemos tener en cuenta que en las personas mayores, al tener un cuerpo más envejecido, su sistema de termorregulación corporal no funciona tan bien como el de personas más jóvenes. La piel de las personas mayores es más fina que la de los adultos, controlando de forma menos eficaz la temperatura corporal.
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