Dormir muchas horas puede parecer, en un inicio, un placer indescriptible para muchas personas. Y es que, para mucha gente, el hecho de poder descansar de manera prolongada es automáticamente sinónimo de reponer energías. Sin embargo, existen otros casos, algunos de ellos de carácter grave, en los que dormir demasiado puede acabar siendo una cárcel de sueño excesivo. Esto produce una falta de energía durante todo el día que te puede dejar sin fuerzas para tus tareas diarias. Es el caso de la somnolencia en ancianos.
De hecho, cada vez es más frecuente escuchar casos de problemas relacionados con el sueño. Algunos sufren de problemas de insomnio, pero también existe el del extremo opuesto, es decir, la hipersomnia o somnolencia. Aunque es un problema que puede afectar a toda la población, sea de la edad que sea, tiene una especial incidencia en un grupo en concreto: las personas de la tercera edad.
No debe resultarte extraño, a priori, que asociemos a una persona mayor con una vida más tranquila; pero esto no debería ser, en ningún caso, una limitación para su vida diaria. Sin embargo, esto no es así en muchos casos. La somnolencia en personas mayores no es un tema que haya que menospreciar. Es un problema al que tenemos que prestar mucha atención y esfuerzo. Por eso, en este post queremos centrarnos en hablarte de los síntomas, las causas y del tratamiento del sueño excesivo en ancianos.
Síntomas de la somnolencia
Cuando te hablamos de hipersomnia, o somnolencia en ancianos, nos estamos refiriendo al sueño excesivo en ancianos. Esto supone un problema de salud y se caracteriza por un exceso de sueño constante a cualquier hora del día. Cuando es más molesto, obviamente, es cuando se produce fuera de las horas normales, sin que importe el tiempo que se haya dormido previamente.
Todo esto va acompañado de una sensación de cansancio y fatiga que no cesa con el descanso. Dicho de otro modo, la persona presenta distintos episodios de somnolencia prolongada, tanto diurna como nocturna, que se mantiene durante un periodo superior a un mes.
Esto puede terminar evolucionando en un problema de salud más grave, sobre todo si no se ejerce un control y seguimiento de estos pacientes, ya que cada vez tienen más dificultades en mantenerse despiertos y activos, hecho que puede llevarles a limitaciones del tipo funcional y a una disminución de su rendimiento a nivel intelectual. A su vez, esto también puede contribuir a aumentar el riesgo de caídas o accidentes.
Ahondando un poco más en el tema, debes tener en cuenta que la somnolencia en personas mayores no afecta únicamente a la calidad y a la cantidad de sueño, sino que también hay otras patologías o sintomatologías asociadas, sobre todo en un plano más emocional. Por ejemplo, podríamos hablarte de una transformación de su conducta, de una afectación en su estado de ánimo e incluso de problemas mentales, como depresión o apatía.
Otros de los síntomas derivados pueden ser el mal humor, la falta de comunicación con los familiares y/o cuidadores, cambios bruscos y repentinos en su estado de ánimo, desorientación, pérdida de capacidades físicas como hablar o comer, o de coordinación, etc.
Causas de la somnolencia
¿Y por qué pasa? Esta es la gran pregunta para la que, desafortunadamente, no hay una respuesta única y clara. A continuación, vamos a enumerar las causas más frecuentes:
- Trastornos del sueño derivados. Aparte de lo que ya te hemos comentado, puede ser que la hipersomnia en personas mayores sea debida a otros trastornos del sueño. Por ejemplo, si la persona tiene insomnio y, por lo tanto, hay una falta de reposo durante la noche, es más normal que pueda derivarse a lo largo del tiempo en una hipersomnia. Esto suele ocurrirles a las personas mayores que son nerviosas o con tendencia al nerviosismo, o bien a aquellas diagnosticadas con el Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS). Esto se caracteriza por tener pausas frecuentes de la respiración, también llamadas apneas, que pueden llegar hasta 2-3 minutos y que interrumpen el descanso de la persona.
- Condiciones médicas. Estas son, sin duda, otras de las principales causas que afectan al sistema nervioso y que tienden a generar un desequilibrio. El paso del tiempo y la propia vejez son claramente factores determinantes en la aparición de este tipo de patologías. Por ejemplo, con enfermedades como el alzhéimer, que provocan un deterioro cognitivo, ya se ha demostrado que hay un claro componente asociado al envejecimiento de las neuronas. Por eso, se sabe que aquellas personas que ya parten de una patología previa mental, como pueden ser el propio alzhéimer o el párkinson, tienen más probabilidades de sufrir hipersomnia o somnolencia. También los dolores crónicos (reumatismo, artritis u osteoporosis) pueden afectar la calidad del sueño y provocar episodios de somnolencia en personas mayores.
- Fármacos y/o medicamentos. En el caso de muchos pacientes que acaban padeciendo algún tipo de somnolencia, esto se debe, precisamente, al uso de fármacos o tratamientos para combatir la evolución de otra patología a nivel cognitiva. Entonces, si bien es cierto que no se sabe por qué el sueño excesivo en ancianos es tan frecuente, podemos concluir que, sin ninguna duda, deteriora todavía más su capacidad de coordinación y el desarrollo normal de su día a día. Por lo tanto, tendremos que aumentar y poner mucha más atención en el cuidado de las personas con demencias. En este sentido, los medicamentos más peligrosos, y a los que tenemos que prestar más atención, son los antidepresivos y los anticonvulsionantes, que son los principales responsables de la hipersomnia en personas mayores por su gran efecto sedante. También, en esta misma línea, encontramos los antipsicóticos o los antiparkinsonianos, que pueden ser los peores enemigos a la hora de producir hipersomnia o somnolencia diurna. A este grupo también haría falta añadir los fármacos o medicamentos para tratar patologías cardíacas o respiratorias, que también llegan a tener el mismo efecto sedante o tranquilizante.
Tratamiento para la somnolencia en ancianos
Para saber qué tratamiento es mejor y/o más eficaz para tratar la hipersomnia, es importante que distingas, al menos, tres formas diferentes en las que, según los expertos o especialistas en el tema, se puede presentar este tipo de afectación.
En primer lugar, tenemos la hipersomnia idiopática con el sueño, que se caracteriza porque la persona tiene un descanso que se podría considerar normal (entre 6 y 10 horas de sueño nocturno), pero, aun así, tienen la necesidad de descanso. Además, después de la siesta o del reposo, es difícil despertarlos.
Después, tenemos la hipersomnia idiopática con prolongación del sueño, que, pese a ser más fácil de identificar, es el tipo más grave de somnolencia en ancianos. Básicamente, esto se debe a que se pueden pasar unas 12 o 14 horas durmiendo y el cuidador o persona encargada de despertarlo tiene serias dificultades para hacerlo. No suelen presentar insomnio nocturno y su somnolencia se agrava también con largas siestas de hasta más de 4 horas.
Finalmente, el último tipo es la hipersomnia recurrente y, a diferencia de la anterior, no es continua, sino que es esporádica. Por lo general, se produce con una frecuencia que puede ir desde una hasta diez veces a lo largo del año. También es curioso que se produzca más en hombres que en mujeres.
Para saber el mejor tratamiento para cada uno de estos tipos de somnolencias, tienes que consultar siempre a un especialista. Sin embargo, en todos ellos, el primer paso para tratarlo es identificar la causa en concreto que está afectando a la persona: la privación del sueño nocturno, una enfermedad degenerativa o un fármaco. Por ejemplo, si se detecta que el origen de dicha somnolencia en personas mayores es un mal descanso nocturno, se recomienda, en primer lugar, usar remedios caseros para combatir dicho insomnio. Esto puede abarcar desde tomar infusiones antes de ir a dormir hasta incrementar el ejercicio físico para regular el sueño.
Si esto no funciona, o bien el problema no viene de un insomnio por las noches, otro posible tratamiento sería a través de fármacos. Es menos aconsejable, ya que, sobre todo en personas que tienen tendencia a la somnolencia o hipersomnia, hace falta llevar un control exhaustivo de las dosis. En cualquier caso, te recomendamos siempre visitar al médico de cabecera para asegurar tanto la causa como el seguimiento del tratamiento.
También puede ser que se deba, precisamente, a un efecto secundario del fármaco. En este caso, la solución más fácil sería valorar el cambio de pauta del medicamento o indicar una receta diferente. Otra vez, siempre con la supervisión y la prescripción de un profesional médico.
Como siempre, en caso de duda sobre si la causa de la somnolencia en ancianos es por un motivo o por otro, y si el tratamiento que está siguiendo o debería seguir es el adecuado, es altamente recomendable acudir a un profesional médico de confianza. Seguir sus consejos para el tratamiento garantiza la salud de estos familiares mayores y la posibilidad de mejorar su calidad de vida.
