Con el paso de los años, las sociedades han ido evolucionando y mejorando nuestra calidad y esperanza de vida. Resulta inusual sin embargo que las personas superen los 100 años, pero el explorador de National Geographic, Dan Buettner ha estado investigando, en concreto las claves de la alimentación de las personas que llegan o superan los 100 años.
Las zonas azules
Buettner ha identificado una serie de zonas en las que el porcentaje de personas que alcanzan los 100 años es mayor al de otras partes del mundo. Estas regiones son: Okinawa en Japón, Icaria en Grecia, la Isla de Cerdeña en Italia, Loma Linda en California y la península de Nicoya en Costa Rica.
Buettner empezó a hablar sobre las zonas azules en 2005, pero no fue hasta 2008 que publicó el libro “The Blue Zones: Lessons for Living Longer From the People Who’ve Lived the Longest”, y en 2015 publicó “The Blue Zones Solution: Eating and Living Like the World’s Healthiest People” en el que se centró más en la dieta que siguen en estas regiones y sobre lo que vamos a profundizar en el artículo de hoy.
La dieta de las zonas azules
La dieta de las zonas azueles se ha identificado como la dieta ideal para llegar a vivir más de 100 años, ya que, aunque estamos hablando de regiones muy diferentes y distantes entre sí, con culturas gastronómicas con pocas similitudes a primera vista, pero que tienen más puntos en común de los que parece.
Gran importancia de los vegetales
La dieta de las personas centenarias es mayormente vegetal, suponiendo este tipo de alimentos en torno al 90% de la alimentación de la persona. En general toman mayor importancia los vegetales de temporada de cada región.
Cada región opta más por un tipo determinado de vegetal, por ejemplo, mientras que en Costa Rica se opta más por el maíz, en Cerdeña se consumen más cereales integrales.
Además, también destaca el consumo de aceite de oliva en la isla griega de Icaria, un alimento muy conocido por las personas que siguen la dieta mediterránea.
Poca carne, pero de calidad
El consumo de carnes en estas zonas es de poco más de una vez a la semana. Aproximadamente 5 veces al mes, centrando su consumo en celebraciones y eligiendo siempre carne de calidad, prescindiendo de embutidos, salchichas y otras carnes procesadas.
Como fuente de proteínas, en estas regiones se opta por el pescado, el tofu en Japón o legumbres que aportan proteínas de origen vegetal.
Pescado
El consumo de pescado en estas regiones tampoco es excesivo, pero se consume más de lo habitual en la dieta actual, llegando a las 3 veces por semana.
Los pescados que se consumen son más bien pequeños y baratos como sardinas, anchoas y bacalao.
Legumbres
Las legumbres son la base de la alimentación en estas regiones y como sucede con los vegetales, cada región opta por una legumbre y otra. En el Mediterráneo se consumen más lentejas y garbanzos, mientras que en Japón por ejemplo se consume más soja.
En estas regiones se consume al menos media taza de legumbres al día.
Azúcar sí, pero no añadido
En estas regiones no se consume una gran cantidad de azúcar, gracias a que se prescinde de alimentos procesados que lo incluyen y de las bebidas gaseosas, incluso las zero o light.
Sin embargo, sí consumen dulces, galletas y pasteles o incluso azúcar con el café o el té, pero de forma mucho más ocasional.
Frutos secos
El consumo de frutos secos en estas regiones también está incluido en la dieta diaria de estas regiones a modo de snack, consumiéndose siempre de forma natural y sin añadidos. El tipo de fruto seco varía en cada región, pero en general todos son conocidos: nueces, almendras, pistachos, anacardos, etc.
Pan de grano entero
El pan se sigue consumiendo en estas regiones, pero usando trigo entero o trigo de centeno y prescindiendo de los panes industriales hechos con harina blanca.
Vino como único “refresco”
Como hemos mencionado, en estas regiones se prescinde de las bebidas gaseosas. Se hidratan bebiendo fundamentalmente agua, pero en ocasiones también consumen café, té o vino.
¿Viviremos más de 100 años?
Los avances tecnológicos en la medicina y la calidad de vida de las personas, unidas a las investigaciones que se están realizando en la alimentación, impulsan a creer que cada vez nuestra esperanza de vida sea mayor y sea más habitual llegar a vivir más de 100 años.
Además de la alimentación, será importante seguir haciendo avances en la investigación para el tratamiento de aquellas enfermedades que afectan especialmente a las personas mayores, como puede ser la demencia.
