¿Alguna vez has oído hablar de la escala de Zarit? Se trata de un concepto muy importante, estrechamente relacionado con el famoso síndrome del cuidador quemado. Cuenta con particular importancia dentro del ámbito de los cuidados a las personas mayores, por lo que, si tú o alguien que tú conozcas se encuentra en esta situación, te recomendamos que continúes leyendo. Te vamos a ofrecer las claves fundamentales al respecto, para que puedas sacar partido a esta información. ¡Vamos allá!

¿Qué es la escala de Zarit?

La escala de sobrecarga del cuidador de Zarit, según este estudio de la Universidad Complutense de Madrid, puede ser considerada como una metodología destinada a medir el nivel de afección psicológica de un cuidador. Es decir, es una herramienta psicométrica que permite analizar el estado mental, emocional y físico de un cuidador concreto.

Toda persona que se dedique a proveer de lo necesario a un individuo que, por edad o enfermedad, cuenta con cierto nivel de invalidez, se acaba agotando. Esto tiene consecuencias evidentes tanto a nivel físico como psicológico. Las actividades cotidianas de los cuidadores muy a menudo son repetitivas o difíciles, por lo que acaban generando un agotamiento.

Pues bien, esta escala sirve para determinar, a través de un test, cómo de afectado está el cuidador por este cansancio. Su finalidad principal es la de detectar a tiempo posibles síntomas que puedan señalar un incipiente (o ya generado) síndrome del cuidador quemado.

Al fin y al cabo, este síndrome puede generar situaciones contraproducentes para la persona cuidada, viéndose sometida a un tratamiento que no corresponde con lo que necesita. Un cuidador con excesiva sobrecarga emocional, económica o física no puede desempeñar sus tareas debidamente. Evitar tal situación es la mejor manera de salvaguardar el bienestar de la persona necesitada de cuidados.

¿Cómo usar la escala de Zarit?

Como te hemos comentado al responder a la pregunta acerca de que es la escala de Zarit, esta gira en torno a un test. En él se plantea un conjunto de preguntas (en la versión más extendida del test son 22 cuestiones) que ha de responder el cuidador a través de una escala de entre 1 y 5, donde 1 significa nunca y 5 casi siempre.

Se trata de preguntas que giran en torno a su estado físico, psicológico, económico y social. Ante estas cuestiones, el cuidador ha de responder si se siente identificado o no con ellas mediante el uso de la referida escala.

El resultado final del test se coloca sobre una escala en la que figuran diferentes niveles de sobrecarga. Esto permite determinar cuál es la situación concreta en la que se halla el cuidador. Dado que son 22 preguntas y el mínimo que puede responderse a cada una es 1 y el máximo 5, la puntuación siempre estará entre los 22 y los 110 puntos.

La escala, como norma general, presenta unos niveles de corte que se plantean de la siguiente manera:

  • Cuidador sin síntomas de sobrecarga de ningún tipo: 22-46 puntos.
  • Cuidador con síntomas de sobrecarga: 47-55 puntos.
  • Cuidador con síntomas de sobrecarga intensa: 56 – 110 puntos.

¿Qué hacer en caso de sobrecarga del cuidador?

Imagínate que tú eres un cuidador y te encuentras, dentro de la referida escala, entre los 47 y los 110 puntos. O bien imagínate que conoces a alguien que se encuentra en tal situación. ¿Qué hacer? ¿Cómo evitar que todo vaya a peor? ¿Cómo hacer que esos síntomas se rebajen o incluso desaparezcan? O, mejor todavía, ¿cómo prevenir una situación como esta?

Lo cierto es que existen varios consejos que pueden seguirse para combatir la sobrecarga del cuidador. Algunos de los más relevantes son los siguientes, entre muchos otros:

  • Repartir las tareas de cuidado. Lo que supone una inmediata descarga de responsabilidad y de trabajo.
  • Evitar el aislamiento social. Estar en contacto con la familia y los amigos es fundamental para el equilibrio mental.
  • Tener momentos suficientes de descanso de calidad. Si esto no sucede, el riesgo de sobrecarga aumenta al máximo nivel posible.
  • Mantener un estilo de vida saludable. El deporte, una buena dieta, unos horarios de sueño regulares… Todo ello contribuye a un buen estado general de salud mental y física.
  • Acudir a terapia emocional. Especialmente en los supuestos en los que el síndrome es más grave.
  • Delegar en profesionales. Para evitar así excesiva responsabilidad.

En conclusión, ya se puede decir que conoces al detalle qué es exactamente la escala de Zarit. Igualmente, has podido ver dónde reside su importancia a la hora de prevenir el síndrome del cuidador quemado. Te hemos enseñado, además, cuál es la metodología concreta que hay que seguir para utilizarla debidamente. Con esta información, tú mismo puedes evitar las consecuencias negativas de la sobrecarga del cuidador. Al fin y al cabo, ya conoces algunas medidas que puedes tomar para evitar todo ello.

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    Licenciado en medicina y cirugía por la prestigiosa Universidad de Salamanca. Especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar y Comunitaria, diplomado en Orientación Familiar.  Además, diplomado en Dietética y Nutrición humana.