Escrito por: MIGUEL MATEOS BELTRAN

 

Mantener el cuerpo hidratado es fundamental si queremos mantener un buen estado de salud. Esto cobra mayor importancia con la llegada del calor y las altas temperaturas. A veces, por diferentes motivos, las personas mayores no reciben la suficiente hidratación, originando un cuadro de deshidratación en ancianos. En este artículo hablaremos sobre los síntomas de deshidratación en ancianos y cómo se puede prevenir la deshidratacion en personas mayores.

Síntomas de la deshidratación en ancianos

Los riesgos para la salud de un anciano que puede suponer una deshidratación son muy elevados, ya que puede empeorar su estado y las diferentes patologías que pueda padecer. Además, en caso de que la persona tome medicación, su eficacia puede verse comprometida, lo que puede agravar la situación.

A continuación, detallamos algunos de los síntomas que puede presentar una persona mayor en caso de padecer un cuadro de deshidratación:

  • Sequedad en la boca. Al no tener suficientes líquidos, no se produce la saliva necesaria. Esto conlleva que la saliva sea mucho más espesa, así como que los labios presentes grietas. También la lengua está seca y se tiene dificultades para hablar o masticar. Pueden aparecer problemas dentales como enfermedades en las encías o caries.
  • Cansancio. La falta de agua en la sangre puede provocar una caída de la tensión arterial. Esto origina una sensación de astenia y fatiga.
  • Poca orina. Al no haber suficiente agua en el organismo, los riñones filtran menos sangre y, por tanto, no hay tanta orina. Además, la que se produce es mucho más oscura y concentrada. En caso de padecer problemas renales, se pueden agravar de manera considerable.
  • Calambres en los músculos. La falta de hidratación provoca un desequilibrio en los niveles de electrolitos de la sangre. Una de sus funciones es controlar la función muscular. Al estar desequilibrados se originan espasmos musculares.
  • Estreñimiento. La disminución de líquido provoca desequilibrios en el tránsito intestinal. Esta situación no solo puede provocar estreñimiento, sino también otros problemas como hinchazón abdominal, náuseas o pérdida de apetito.
  • Cefaleas. Para compensar la ausencia de agua, el organismo reduce el flujo sanguíneo en el cerebro, lo que ocasiona una disminución de su oxigenación. Este cuadro origina dolores de cabeza y migrañas.
  • Piel seca y poco elástica. Una buena hidratación es fundamental para mantener la piel en condiciones. Por ello, la deshidratación en personas mayores provoca una piel seca y con tendencia a agrietarse.
  • Elevación del ritmo cardíaco. La alteración de los iones que provoca la deshidratación puede provocar arritmias y en el peor de los casos un fallo sistémico.

En caso de que los síntomas de deshidratación en ancianos sean leves, administrando líquidos a la persona puede recuperarse en un intervalo de 10 a 15 minutos. En caso de que la situación sea más grave puede ser necesario la hidratación intravenosa y la intervención de servicios sanitarios

¿Cómo prevenir la deshidratación en ancianos?

Como podemos ver, la deshidratación en personas mayores puede mermar considerablemente su salud, llegando a tener complicaciones graves. A continuación, detallamos algunas recomendaciones para cuidadores de personas mayores para prevenir su aparición:

  • Mantener la hidratación de manera continua. Ofrecer a la persona mayor agua a lo largo del día, incluso aunque no tenga sed. Se puede compaginar con la toma de zumos o infusiones. Un buen momento para hacer que la persona beba agua es durante la toma de medicación.
  • Evitar las comidas pesadas. Este tipo de comidas exigen un alto esfuerzo para poder ser digeridas. Es preferible hacer comidas ligeras.
  • Se debe evitar que el anciano tome bebidas estimulantes como el café, té o bebidas alcohólicas, ya que aumentan los niveles de deshidratación corporal.
  • No salir a la calle en los momentos de más calor. Un exceso de sol puede provocar una insolación o golpe de calor. Tampoco hay que desarrollar actividades físicas en los momentos en los que las temperaturas son más altas. Si se ha de salir a la calle hay que proteger la cabeza con sombreros y gorras.
  • Aumentar el consumo de fruta y verdura. Estos alimentos son ricos en agua, lo que ayuda a mantener unos buenos niveles de hidratación.
  • No llevar ropa ajustada ni abrigos. Hay que vestir con tejidos ligeros que fomenten una buena transpiración como el algodón.
  • No permanecer mucho tiempo dentro de vehículos que están estacionados y cerrados. Un vehículo aparcado en el exterior puede alcanzar temperaturas muy elevadas.
  • Hacer uso del ventilador y aparatos de aire acondicionado. Es necesario que el domicilio tenga una buena ventilación y se mantenga en todo momento lo más fresco posible. Durante el día es recomendable mantener las persianas y toldos bajados para evitar la acción de la luz solar.

En resumen, podemos decir que como cuidadores de personas mayores, si tomamos las medidas necesarias podemos evitar la aparición de cuadros de deshidratación en ancianos y todas las complicaciones que de ello se puede derivar.

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    Miguel Beltrán

    Licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de Salamanca
    Nº Colegiado 2828 41033
    El Doctor Miguel Beltrán es especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar… [Leer Biografía]
    Miguel Mateos Beltrán
    Nº Colegiado 2828 41033 (ICOMEM Ilustre Colegio Oficial de Medicos de Madrid)

    Licenciado en medicina y cirugía por la prestigiosa Universidad de Salamanca. Especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar y Comunitaria, diplomado en Orientación Familiar.  Además, diplomado en Dietética y Nutrición humana.