Cuidadores de personas con Ictus
Solicita información o llámanos al 91 091 35 66
El Ictus en España afecta a aproximadamente 125.000 personas, a pesar de que el 90% de los casos se pueden prevenir y que cada vez existe una mayor conciencia social sobre esta patología. Descubre más sobre esta patología que puede tener importantes repercusiones sobre las personas que lo han sufrido a nivel físico y cognitivo.
¿Qué es el Ictus?
Un Ictus es una obstrucción de un vaso sanguíneo cerebral (trombo o embolia), rotura (derrame) o ambas (apoplejía). Esto provoca que la sangre deje de fluir adecuadamente y las células del área afectada, al no recibir oxígeno, dejan de funcionar y mueren a los pocos minutos.
El Ictus es una patología de aparición súbita y que tiene una evolución muy rápida, lo que le coloca entre las tres principales causas de mortalidad en España y es una de las principales causas de discapacidad en los adultos, además de la segunda causa de demencia tras el Alzheimer.
Síntomas del Ictus
El Ictus puede afectar a diferentes partes del cerebro, lo que implica que en función de la parte afectada sus síntomas pueden ser diferentes.
En líneas generales, cuando el Ictus afecta al hemisferio izquierdo del cerebro, la parte del cuerpo que se ve afectada es la contraria, es decir, la derecha, y viceversa.
Síntomas previos para detectar un Ictus
Existen algunos síntomas por los cuales se puede identificar previamente la aparición de un Ictus. Algunas de esas señales son los siguientes:
- Dificultad para sonreír: como hemos mencionado, la pérdida de sensibilidad en uno de los dos lados de la cara es uno de los síntomas más frecuentes del Ictus, por lo que si al sonreír un lado de la cara no se mueve, es posible que estemos en una fase muy inicial de Ictus.
- Imposibilidad de levantar los brazos: el Ictus afecta a la fuerza y sensibilidad de uno de los lados del cuerpo, si al tratar de levantar ambos brazos tenemos problemas con uno de los lados y no nos es posible levantarlo, es un posible síntoma de Ictus. Una prueba que suelen hacer los médicos es levantar los dos brazos de la persona y al soltarlos, si solo uno de los lados cae es señal de pérdida de fuerza en ese lado.
- Hablar con incoherencias: el ictus puede provocar trastornos en el lenguaje que se manifiestan en la incapacidad para hablar de forma coherente o entender lo que otras personas dicen.
- Pérdida brusca de visión: es un síntoma menos frecuente, pero que puede aparecer. No tiene nada que ver con la miopía, sino realmente con no poder ver por uno de nuestros ojos.
Tipos de Ictus
Ictus Isquémico o infarto cerebral
Este tipo de Ictus aparecen cuando se forma un coágulo de sangre o trombo en el cerebro, limitando total o parcialmente el flujo sanguíneo al cerebro.
Ictus hemorrágico
Es el menos frecuente, dándose en un 10 ó 15% de los casos. Se produce cuando se rompe un vaso sanguíneo provocando una hemorragia en el cerebro. Otra causa es la fibrilación auricular, una aceleración de la frecuencia cardiaca que aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares, entre otras cosas.
Tratamiento de un Ictus
Existe diferentes tratamientos en función del tipo de Ictus al que nos enfrentemos.
Tratamiento del ictus isquémico
Lo prioritario es restablecer el flujo sanguíneo en el cerebro, por lo que se puede proceder a realizar:
- Trombólisis endovenosa, que consiste en administrar una medicación por la vena que disuelve el trombo
- Trombectomía mecánica: consiste en introducir catéteres por la arteria de la ingle hasta llegar a la arteria del cerebro y destaparla. Este tratamiento se usa cuando el trombo está localizado en una de las arterias más grandes que van al cerebro.
Una vez se ha realizado este tratamiento, se realizan pruebas para conocer el origen del ictus.
Tratamiento del ictus hemorrágico
En función de la ubicación de la hemorragia, se puede optar por diferentes tipos de tratamientos.
- Intervención quirúrgica si está cerca de la superficie para limpiar la sangre o curar la lesión.
- Embolización endovascular: se realizará un aneurisma cerebral para valorar el estado de los vasos sanguíneos y se sella el vaso sanguíneo dañado para evitar que vuelva a romperse.
Rehabilitación tras un ictus
La rehabilitación es una parte muy importante tras sufrir un ictus que busca minimizar las consecuencias del ictus sobre el paciente. Se trata de un proceso que requiere de la colaboración e implicación del paciente y su entorno, y en algunas ocasiones el apoyo de alguna cuidadora o de algún profesional especializado.
Los programas de rehabilitación se basan en técnicas de terapia física, ocupacional y logopeda, en función del tipo de Ictus y el grado de discapacidad que tenga la persona. Puedes encontrar más información en la Federación Española de Ictus.
¿Cómo prevenir un Ictus?
Se estima que hasta el 80% de los accidentes cerebrovasculares podrían prevenirse modificando nuestros hábitos de vida. Las principales recomendaciones a seguir son las siguientes:
- Mantener una dieta equilibrada
- Realizar ejercicio con regularidad
- No consumir tabaco y reducir el consumo de alcohol
- Evitar el consumo de drogas
- Evitar la obesidad
- Controlar los niveles de colesterol
Cumplir con estas recomendaciones nos permitirá tener una vida más sana a nivel físico y cognitivo.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que también pueden influir factores genéticos que lo causan en cualquier momento, por tanto, si experimentamos alguno de los síntomas mencionados anteriormente, debemos acudir inmediatamente al médico.
Cuidadoras de personas con Ictus
Debido a las repercusiones que tiene el Ictus sobre la persona, es frecuente que necesite ayuda para realizar algunas tareas y para ayudarle con las tareas de rehabilitación.
Desde Depencare ofrecemos cuidadoras especializadas y con experiencia trabajando con personas que han sufrido un Ictus. Nuestro proceso de selección y seguimiento nos permite tener unos altos estándares de calidad con los que ofrecer un servicio excelente a nuestros clientes.