Hacer un seguimiento del estado de salud de las personas mayores es muy importante para poder prevenir posibles patologías graves o complicaciones de las existentes. Por ello es importante conocer las constantes vitales normales en personas mayores.

Estas métricas nos ayudarán a saber si los adultos mayores están corriendo algún riesgo que debemos atajar, o si su estado de salud es el adecuado para su edad.

 

Temperatura

 

La temperatura corporal es una medida muy útil, ya que se puede ver afectada por diferentes situaciones, por lo que es un buen indicador para saber si algo puede estar pasando.

Se puedo medir con un termómetro en diferentes partes del cuerpo, pero lo más común es colocarlo en la axila. La temperatura corporal puede variar a lo largo del día, siendo un poco más alta durante la noche.

 

 

Tensión arterial

 

La tensión arterial mide la presión sanguínea y, como sucede con otras constantes, puede variar a lo largo del día, en función de la actividad física que se realice y la situación de la persona. Por esta razón, en el caso de la tensión arterial, se recomienda medirla al menos 3 veces al día.

A la hora de medir la presión arterial, debemos tener en cuenta que se pueden obtener dos valores diferentes, en función del tipo de tensión arterial que estemos midiendo.

Tensión arterial sistólica: Es el valor más alto, y refleja la tensión cuando el corazón se contrae.

Tensión arterial diastólica: Es el valor más bajo, que mide la presión cuando el corazón se relaja.

Frecuencia respiratoria

 

La frecuencia respiratoria mide el número de respiraciones que se realizan en un determinado periodo de tiempo, generalmente un minuto.

Se trata de una constante especialmente relevante para personas que padecen de alguna enfermedad pulmonar.

 

Saturación de oxígeno

 

La saturación de oxígeno mide la cantidad de oxígeno que hay en la sangre, y es de gran importancia en aquellas personas que padecen de enfermedades respiratorias.

 

Frecuencia cardiaca

 

La frecuencia cardiaca mide el número de pulsaciones que se realizan por minuto. Se trata de una constante vital de suma importancia. Las pulsaciones pueden verse aceleradas por el ejercicio físico o por un susto, pero en estos casos la recuperación a unos valores normales se produce de forma rápida.

Si las pulsaciones son demasiado rápidas o lentas de forma habitual o durante periodos largos de tiempo sin motivo aparente, es necesario consultar al médico para prevenir males mayores.

 

¿Cuáles son las constantes vitales normales en una persona mayor?

 

Tener unas métricas normales generalmente es síntoma de que todo va bien y el estado de salud de la persona es adecuado. A continuación, compartimos contigo las constantes normales para una persona mayor.

  • Tensión arterial: la tensión sistólica debe estar entre 110 y 140mm de Hg, mientras que la diastólica debe estar entre 70 y 90mm de Hg.
  • Frecuencia cardiaca: Entre 60 y 100 latidos por minuto son las pulsaciones adecuadas para una persona mayor.
  • Frecuencia respiratoria: Si se encuentra entre las 12 y las 20 respiraciones por minuto todo es correcto.
  • Saturación de oxígeno: La cantidad de oxígeno en sangre debe estar entre un 95 y 100%.
  • Temperatura corporal: Una temperatura normal está entre los 35,8 y los 37º.

 

Toma de signos vitales en el adulto mayor

 

Existen diferentes aparatos que nos pueden ayudar a medir las constantes vitales de una persona. Algunos son de uso común, como puede ser el termómetro para la temperatura, mientras que otros requieren de aparatos que no siempre se tienen en casa, como el tensiómetro, o incluso algunos más especializados.

Es importante que los signos vitales sean medidos por una persona con conocimientos suficientes para realizar este tipo de tareas. No tiene porqué ser un médico, pero es recomendable que tenga conocimientos o experiencia en enfermería.

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    Miguel Mateos Beltrán
    Nº Colegiado 2828 41033 (ICOMEM Ilustre Colegio Oficial de Medicos de Madrid)

    Licenciado en medicina y cirugía por la prestigiosa Universidad de Salamanca. Especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar y Comunitaria, diplomado en Orientación Familiar.  Además, diplomado en Dietética y Nutrición humana.