Los cambios posturales en personas dependientes son imprescindibles. Gracias a ellos facilitas la recuperación del paciente y permites que su cuerpo recupere parte de la movilidad perdida. Estar acostado por prolongados períodos de tiempo tiene consecuencias notables sobre la salud. Gracias a determinados cambios posturales en cama, este daño se minimiza de forma paulatina. A continuación te introducimos al cambio postural y te damos idea sobre algunas posiciones básicas y consejos dependiendo del tipo de paciente.

Posiciones básicas

Existen tres posturas básicas que conviene tener en cuenta. Estos cambios de postura se deben llevar a cabo cada 2 o 3 horas atendiendo a cada caso particular. Si la persona puede hacer parte del movimiento por su cuenta, solo será necesario un asistente. En caso de que esté comprometida la movilidad al completo, lo mejor es contar con dos apoyos humanos. Las posiciones son las siguientes:

  • Decúbito lateral: Es una de las más sencillas. Únicamente tendrás que colocar al paciente de costado con una almohada a la altura de la cabeza. Se busca que se alineen el tronco, la columna y la cabeza. Los brazos deben estar relajados, sin soportar el peso del cuerpo, y flexionados en una postura cómoda.
  • Decúbito supino: Para ajustar esta postura correctamente, la persona se acuesta boca arriba con una almohada en la cabeza y otra bajo las pantorrillas. También es aconsejable situar una al pie de la cama para reducir la presión en los pies.
  • Fowler: Es una posición similar a estar sentado, pero a unos 45-60 grados. Es ideal que las rodillas estén extendidas, pero también pueden estar flexionadas si la persona lo requiere. Para ello se utiliza una almohada debajo de la coyuntura. De acuerdo al grado de inclinación, se añaden dos tipos de postura más:
    • La Fowler baja: aquella que no supera los 30-45 grados.
    • La Fowler alta: esta alcanza una inclinación de 80-90 grados, prácticamente como estar sentado.

Cambios posturales en personas dependientes

Los cambios posturales en personas dependientes son imprescindibles para evitar las consecuencias de estar sin movilidad. Pasar períodos prolongados de tiempo encamados atrofia y deteriora los músculos. Realizar cambios posturales en cama ralentiza la pérdida de masa muscular. Otras consecuencias de la falta de movilidad son:

  • Úlceras decúbito: Se producen en las zonas que reciben mayor presión de peso corporal. Pueden suponer complicaciones si la persona está inmovilizada por mucho tiempo.
  • Problemas de circulación: Al no haber movimiento, los vasos sanguíneos bombean menos sangre. El corazón se hace eco de este estancamiento, reduciendo la capacidad cardíaca. El resultado puede abarcar hormigueos y adormecimiento de las extremidades.
  • Hinchazón y dolor: El paciente encamado puede acumular líquido linfático en sus extremidades inferiores. Observarás un enrojecimiento e hinchazón en la zona. Las articulaciones, por otra parte, pierden flexibilidad y libertad de movimiento si no se estimulan

Para evitar estos desagradables síntomas, es valioso efectuar los cambios posturales del paciente encamado de forma correcta. Con ello en mente, te recomendamos algunos consejos:

  • Es importante contar con la participación del paciente. Infórmale de lo que planeas hacer y anímalo a que te ayude si le es posible.
  • Para ejecutar los cambios posturales en cama tendrás que acercarte al paciente todo lo que puedas. Incluso necesitarás colocar la rodilla encima de la cama.
  • En todo momento que realices esfuerzo, la espalda y el cuello deben estar rectos. Siempre que puedas, traslada la carga de peso a tus piernas en lugar de a tus hombros y pecho.

Cambios posturales para personas encamadas

Evitar las desagradables ulceraciones o la hinchazón dolorosa no son los únicos beneficios de los cambios posturales. En realidad, el paciente encamado verá su calidad de vida mejorada gracias a ellos. Algunos ejemplos son:

  • La posición de Fowler, por ejemplo, ayuda a relajar la tensión de los músculos abdominales. Esto conlleva una mejor respiración e incrementa la comodidad durante la alimentación. La Fowler alta, además, es muy recomendable en personas con trastornos pulmonares, pues alivia el peso sobre el pecho.
  • La posición decúbito lateral relaja la presión que sufren normalmente la espalda y la pelvis. Esto previene efectivamente las laceraciones en la piel sufridas por la falta de cambio de postura.
  • La posición decúbito supino sirve para que el paciente esté en una posición cómoda que alinee su columna, cuello y espalda. A largo plazo, esta postura contribuye a reducir los dolores en las articulaciones asociados a la falta de movilidad.
  • Una rotación de postura periódica, cada 2 o 3 horas, mantiene en funcionamiento el sistema circulatorio, lo que redunda en un menor riesgo de trombos.

Así que ya lo sabes, los cambios posturales en personas dependientes son irreemplazables como forma de prevenir los riesgos asociados a los pacientes encamados. Gracias a ellos, se evita un gran número de patologías y se aumenta la calidad de vida de la persona inmovilizada. Llevarlos a cabo es un paso básico en cualquier proceso terapéutico. ¡No dejes de ponerlos en práctica!

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    Nº Colegiado 33.013 (CODEM Colegio Oficial de Enfermería de Madrid)
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    Yolanda Prieto es diplomada en Enfermería por la Universidad de Salamanca . Además, es diplomada en Nutrición y dietética. Cuenta con más con 30 años de experiencia en atención primaria y domiciliaria y amplia formación sobre atención al anciano y personas con dependencia.