Si sospechas que tu familiar, adulto mayor, sufre de alucinaciones es importante que conozcas las posibles causas y sepas qué hacer en su caso. Este estado no es agradable para quien lo sufre, debido a que, por lo general, pueden acompañarle desasosiego y nerviosismo. Saber actuar adecuadamente puede ayudar mucho al anciano, especialmente en el manejo del estrés.
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¿Qué son las alucinaciones? ¿Qué tipos de alucinaciones hay?
Las alucinaciones es una percepción irreal, es decir, de algo que no existe, aunque para quien las percibe puede ser muy realista, hasta el punto de no comprender que está alucinando. Existen muchos motivos por los que aparecen estas percepciones, que pueden ser auditivas o visuales y, en algunos casos, táctiles y olfativas.
Pueden darse alucinaciones somáticas, que implican sensaciones en el cuerpo del paciente, tales como si algo o alguien tiraran de él, le empujaran, lo tocaran, etc. El dolor puede aparecer en estos casos, acompañado por otras percepciones tampoco reales. Aunque, en el caso de las algias, es posible que haya una base neuropática, que el especialista debería investigar.
Es sencillo interpretar deterioro cognitivo en pacientes que acusan algún tipo de alucinación. Aunque debes preocuparte cuando esta se prolonga demasiado. Caso contrario, habría que descartar el efecto secundario de algún medicamento, que en el caso del adulto mayor, puede repercutir más que una persona joven.
El deterioro en la cognición puede estar ocasionado por diversos problemas que, en muchos casos, suponen una urgencia y se requiere de la intervención médica inmediata, como ocurre con los ictus o probables coágulos formados en los pulmones, así como ciertos tipos de tumores, que pueden estar albergando al cerebro.
El adulto mayor, cuando ha acumulado mucho cansancio o ha realizado un esfuerzo considerable, puede sufrir alguna alucinación transitoria, de pocos segundos o minutos. También, el consumo de alcohol o una falta de hidratación, especialmente durante la temporada de calor, son causas de este problema, que debe considerarse una urgencia.
La demencia es una las causas más comunes de sufrir algún tipo de alucinación durante la etapa adulta. Existen muchos tipos de demencias, como la senil, relacionada con la edad avanzada, o el Alzheimer, que puede llegar a aparecer en etapas anteriores a la vejez.
El deterioro progresivo del cerebro en la demencia senil, una vez que la enfermedad llega a las últimas fases, provoca estados alucinatorios en el paciente que, en ocasiones, pueden acompañarse con reacciones violentas o agresivas, totalmente inconscientes en el enfermo. El fallo de la memoria a corto y largo plazo puede hacer más complicado que puedas apaciguar a tu familiar cuando presenta una crisis de estas características.
Alucinaciones nocturnas
Puede convertirse en algo muy común que una persona mayor con demencia se muestre más alterada por la noche, debido a que esta enfermedad causa problemas de sueño y, por tanto, al acumularse un mayor cansancio, su cerebro comience a crear visiones o sensaciones irreales.
Las vivencias que suele experimentar el afectado pueden ir desde imágenes breves hasta verse a sí mismo en un contexto de su pasado que, en algunos casos, puede llegar a crearle mucho estrés. Es muy necesario corregir estos estados nocturnos, ya que pueden repercutir negativamente en la salud de la persona, precisamente, por la falta de descanso. Desde agudizarse su enfermedad hasta provocarle padecimientos cardíacos, debido al exceso de ansiedad.
¿Cómo actuar cuando hay alucinaciones?
Cuando notas un empeoramiento repentino en tu familiar, lo primero que debes hacer es consultarlo con su médico e, incluso, intentar desplazarlo a los servicios de urgencia más cercanos. Puede darse una complicación de su enfermedad si existe una infección que afecta a sus riñones. Esto hace que las toxinas, que no pueden ser excretadas por las vías urinarias, se alojen en el organismo, llegando hasta el cerebro. Un diagnóstico temprano y la adecuada medicación pueden corregir este estado de manera progresiva.
En caso de que las alucinaciones sean algo común en tu familiar, debes intentar transmitirle tranquilidad o hacerle ver que le estás protegiendo ante aquello que percibe. Si la agresividad se hace presente, es preciso que no lleves la contraria al enfermo acerca de lo que ve o cree. Esto no significa que debas reforzar una alucinación, ya que tampoco sirve de ayuda. Sabemos que es difícil mantener una postura neutral, pero puedes intentar llamar su atención con otro tema, para que no preste atención a la alucinación.
Comprendemos que para un cuidador, sobre todo, cuando se trata de un familiar, esta es una situación difícil. Por eso, te aconsejamos que cuentes con la ayuda domiciliaria por parte de especialistas en el cuidado de adultos mayores.
Las alucinaciones en la vejez suelen ser un síntoma que nos habla de diversas enfermedades, como puede ser un ictus, demencia senil o problemas cognitivos, derivados de medicamentos, cansancio excesivo e, incluso, una infección renal. Un correcto diagnóstico y saber actuar adecuadamente pueden ayudar mucho.

Licenciado en medicina y cirugía por la prestigiosa Universidad de Salamanca. Especialista en Medicina de Familia con más de 34 años de experiencia en Medicina Familiar y Comunitaria, diplomado en Orientación Familiar. Además, diplomado en Dietética y Nutrición humana.